¿QUÉ ES CONCILIA?

Centro especializado en psicoterapia basada en la teoría del apego y la vinculación afectiva con personas significativas.

En la terapia se aborda de forma prioritaria y específica el modo en que niños y adultos se perciben a sí mismos y cómo perciben a los demás, pero sobre todo se incide en las relaciones primarias con las figuras de apego, padres y/o cuidadores.

La forma de ser de las personas, sus capacidades afectivas, cognitivas y sociales dependen en gran parte de los contextos en que les ha tocado vivir y crecer.

El daño emocional que los menores y adolescentes manifiestan a través de su conducta, tiene mucho que ver con su propia identidad, y ésta se forja a través de la mirada del otro, de las figuras de apego, de esta manera se desarrolla la autoestima que será el eje central de la terapia.

NUESTRO MODELO

En la actualidad existen ya suficientes estudios científicos  que afirman que el hecho de recibir seguridad y protección durante la infancia, proporciona y casi garantiza una óptima salud mental y física en el adulto. Una parentalidad óptima y resiliente supone un apoyo afectivo para los hijos, que a lo largo de su desarrollo les permitirá hacer frente a las dificultades que se encuentren y éstas serán una fuente de crecimiento, siempre y cuando sus padres sean un apoyo adecuado para darles sentido y les preparen para enfrentarlas. La relación entre resiliencia infantil y competencias parentales es más que evidente.

La resiliencia es una capacidad que emerge de las interacciones personales y sociales. Es sobre todo el resultado de nutrientes afectivos, cognitivos, relacionales y éticos que los niños y niñas reciben en su entorno familiar.

Queremos antes de nada, desmitificar y a la vez explicar el concepto de trauma, que es algo que sufrimos todos a lo largo de nuestra vida, en mayor o menor intensidad y con mayor o menor duración, pero sólo escuchar la palabra nos parece que eso es algo mucho más grave de lo que nos ocurrió y que no tiene nada que ver con nosotros. A la mayoría de las personas les sorprendería saber que el 100% de los motivos de consulta tienen que ver con situaciones traumáticas ocurridas con mucha frecuencia en la infancia y sobre todo en la interacción con nuestras figuras de apego o personas significativas: padre, madre, familia, escuela, entorno social o una combinación de varios contextos.

El trauma es definido como aquellos episodios que un porcentaje elevado de la población experimenta a lo largo de su vida, y que quedan fuera de las experiencias vitales y normales, esperadas por el individuo, y que son percibidas como una amenaza para la vida, la integridad física o la cordura.

El trauma que tiene lugar en el seno de la familia normalmente en la infancia y/o adolescencia, llamado “trauma relacional temprano” es el que deja a veces efectos duraderos en las capacidades básicas de la persona como: alteración de la regulación afectiva,  fluctuaciones del estado de ánimo, alteraciones de la conciencia, de la percepción de uno mismo, de las relaciones con los demás con sentimientos de desconfianza intensos y muchos otros síntomas que causan sufrimiento y hacen necesaria una buena intervención psicoterapeútica. En resumen, las áreas que producen disconfort y que pueden llegar a estados de ansiedad o depresión son las siguientes:

  • La regulación afectiva con dificultades para establecer o mantener vínculos y relaciones duraderas.
  • EL control y la modulación de impulsos con la polaridad entre la pasividad y la explosión.
  • La representación que se tiene de uno/a mismo/a, creando grandes lagunas en cuanto a la autoestima y la seguridad de base en las personas.
  • El desarrollo de la empatía y la capacidad de dar y recibir.
  • La construcción de un sentimiento de pertenencia y la capacidad de manejar situaciones emocionalmente difíciles.

Hay dos tipos de vivencias traumáticas:

Evento traumático

Puede ser una agresión en sí misma no sólo física sino emocional (accidente, muerte, pérdida, divorcio, enfermedad grave etc etc), se trata de un hecho exógeno que produce dolor y estrés por su contenido e intensidad y sobrepasa los recursos naturales de la persona, le pone en una situación límite y por eso se trata de un evento traumático.

Proceso traumático

Es un conjunto de eventos traumáticos que se repiten y sobre todo que se mantienen en el tiempo y provocan mucho dolor y estrés, normalmente es producido por personas significativas en el seno familiar y de ahí vienen las dificultades para establecer relaciones y vínculos sanos. Las relaciones que se ven más comprometidas tras los procesos traumáticos en la infancia son las relaciones de pareja y con los hijos, ya que se proyecta en ellos traumas y problemas no resueltos de apego, autoestima, desconfianza etc.

Esto es lo que llamamos “La teoría del doble Vínculo” y es que aquella persona que debe proteger al niño/a es precisamente la que le produce el daño.